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lunes, 6 de agosto de 2018

Socialismo en mi segunda Patria

Históricamente, los procesos que destruyen naciones no son al azar ni mucho menos de carácter aislado. Existen múltiples ejemplos antiguos, contemporáneos y actuales.

El caso español, tiene sus propias características, como cada uno de este tipo de procesos. La historia española es larga, compleja, llena de episodios de brillo y de oscuridad. Pero en la actualidad, existen eventos claros, señales inequívocas del paralelismo y del nexo entre otros factores destructivos cuyo origen y factor común tienen un nombre: Socialismo.

En cualquiera de sus modalidades, sean comunistas radicales o socialistas moderadas, de socialismo sueco o polpotiano, ese cáncer ideológico que venía siendo desarrollado incluso desde antes del nacimiento de Karl Marx, viene desplegando  desde hace años en occidente todo un arsenal nocivo de propuestas e ideas tendientes a cambiar la mentalidad de la masa, de atomizar las sociedades haciéndolas perseguir utopías , haciéndolas luchar por causas que solo son útiles al programa de la revolución , generando , mas allá de la vieja lucha de clases, un odio social y un resentimiento profundo, con el objetivo de que,  llegado el momento de reaccionar, a esta sociedad fragmentada, víctima de un trasbordo ideológico inadvertido, le sea imposible reaccionar de manera coordinada y enfocada en el sentido correcto en pos de su supervivencia contra ese enemigo internacionalista.

El elemento unificador de fondo entre la destrucción evidente de Venezuela y la que tiene lugar en España, de manera gradual y paulatina durante varios años, y acelerada en la última década, tiene diversas fuentes, originadas todas en los postulados de Marx, Engels, Lenin, Rosa de Luxemburgo, Gramsci, Fidel Castro y el che Guevara, y aunque cueste entenderlo, mucha influencia hay de Huxley y su manual de cómo generar esclavitud global llamado A Brave New World. Adicionalmente, el auge de la neolengua –George Orwell, 1984-, promovida desde las élites, unas con evidente maldad, y otras, acomplejadas  y con miedo de decir lo correcto,  va generando el resultado para el cual fue diseñada, pues es evidente que “Si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento”, perdiendo primero el individuo su identidad, y por último,  la nación.

Además, y pasando a vuelo rasante con un ejemplo actual y vívido de cómo la economía influye en lo social, es muy sencillo generar políticas económicas de izquierdas, alejadas de los conceptos no perfectos pero sanos de Hayek y  Mises, para generar crisis, lo cual incide directamente en la depoblaciòn de sectores,  para luego verse en la “necesidad” de repoblar los mismos con gentes de ideas antagónicas, adoctrinadas y fanáticas, luego de lo cual sobreviene el lógico enfrentamiento cultural y lo que viene cuando se pasan de las palabras a los hechos.

Venezuela sufrió socialismo desde 1958, al principio a baja intensidad, y desde 1998 a máxima revolución, un proceso progresivo de destrucción empezando por lo interno de cada ciudadano hasta la infraestructura toda de la nación. Esa destrucción contó con ejecutores directos y cómplices necesarios, y todo transcurrió dentro del marco de esa dialéctica trosko-estalinista,  que siempre y por principio, al ser frutos ambos de la misma raíz esclavista y colectivista, en nada suman en positivo a la Libertad.

El sueño húmedo de la izquierda siempre ha sido una España balcanizada, y la "derecha" acomplejada de ser Derecha les ha venido allanando el camino, al no oponer principios sanos ante la manipulación discursiva del buenismo,  la  cual tiende a ejercer sentimientos de culpa que son fácilmente aceptados y defendidos por quienes ya han sido víctimas de la neolengua.

Todas las piezas encajan dentro del marco de la revolución, cuyo único objetivo ha sido siempre, es , y será, subvertir el orden lógico de las cosas, desde promover que gobiernen los peores, pasando por hacer legales el robo y el asesinato innoble y fútil, hasta que se legalicen aberraciones como la pedofilia. En conclusión y bajo mi óptica,  España debe dejar de lado la dialéctica trosko estalinista de pp-soe y podemos, y tener bien alejados a quienes se comportan como veletas políticas, caso C`s,  y buscar avanzar en pos de recuperar su identidad propia que está en peligro gracias a la revolución.
¿Qué hacer? En tiempos de crisis moral, de riesgo para la nación, lo que se impone es sencillamente hacer lo necesario, lo cual es hacer lo correcto, mantenerse fieles y firmes ante unos principios, una historia, unos valores, y guiarse por el sentido común.

¿Qué hacer? Pues  defender occidente pasa primero por defender las raíces.

¡Ser españoles! 

Ex Prisionero Político de Hugo Chávez