Históricamente,
los procesos que destruyen naciones no son al azar ni mucho menos de
carácter aislado. Existen múltiples ejemplos antiguos, contemporáneos y
actuales.
El caso
español, tiene sus propias características, como cada uno de este tipo
de procesos. La historia española es larga, compleja, llena de episodios
de brillo y de oscuridad. Pero en la actualidad, existen eventos
claros, señales inequívocas del paralelismo y del nexo entre otros
factores destructivos cuyo origen y factor común tienen un nombre:
Socialismo.
En
cualquiera de sus modalidades, sean comunistas radicales o socialistas
moderadas, de socialismo sueco o polpotiano, ese cáncer ideológico que
venía siendo desarrollado incluso desde antes del nacimiento de Karl
Marx, viene desplegando desde hace años en occidente todo un arsenal
nocivo de propuestas e ideas tendientes a cambiar la mentalidad de la
masa, de atomizar las sociedades haciéndolas perseguir utopías ,
haciéndolas luchar por causas que solo son útiles al programa de la
revolución , generando , mas allá de la vieja lucha de clases, un odio
social y un resentimiento profundo, con el objetivo de que, llegado el
momento de reaccionar, a esta sociedad fragmentada, víctima de un
trasbordo ideológico inadvertido, le sea imposible reaccionar de manera
coordinada y enfocada en el sentido correcto en pos de su supervivencia
contra ese enemigo internacionalista.
El elemento
unificador de fondo entre la destrucción evidente de Venezuela y la que
tiene lugar en España, de manera gradual y paulatina durante varios
años, y acelerada en la última década, tiene diversas fuentes,
originadas todas en los postulados de Marx, Engels, Lenin, Rosa de
Luxemburgo, Gramsci, Fidel Castro y el che Guevara, y aunque cueste
entenderlo, mucha influencia hay de Huxley y su manual de cómo generar
esclavitud global llamado A Brave New World. Adicionalmente, el auge de
la neolengua –George Orwell, 1984-, promovida desde las élites, unas con
evidente maldad, y otras, acomplejadas y con miedo de decir lo
correcto, va generando el resultado para el cual fue diseñada, pues es
evidente que “Si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje
también puede corromper el pensamiento”, perdiendo primero el individuo
su identidad, y por último, la nación.
Además, y
pasando a vuelo rasante con un ejemplo actual y vívido de cómo la
economía influye en lo social, es muy sencillo generar políticas
económicas de izquierdas, alejadas de los conceptos no perfectos pero
sanos de Hayek y Mises, para generar crisis, lo cual incide
directamente en la depoblaciòn de sectores, para luego verse en la
“necesidad” de repoblar los mismos con gentes de ideas antagónicas,
adoctrinadas y fanáticas, luego de lo cual sobreviene el lógico
enfrentamiento cultural y lo que viene cuando se pasan de las palabras a
los hechos.
Venezuela
sufrió socialismo desde 1958, al principio a baja intensidad, y desde
1998 a máxima revolución, un proceso progresivo de destrucción empezando
por lo interno de cada ciudadano hasta la infraestructura toda de la
nación. Esa destrucción contó con ejecutores directos y cómplices
necesarios, y todo transcurrió dentro del marco de esa dialéctica
trosko-estalinista, que siempre y por principio, al ser frutos ambos de
la misma raíz esclavista y colectivista, en nada suman en positivo a la
Libertad.
El sueño
húmedo de la izquierda siempre ha sido una España balcanizada, y la
"derecha" acomplejada de ser Derecha les ha venido allanando el camino,
al no oponer principios sanos ante la manipulación discursiva del
buenismo, la cual tiende a ejercer sentimientos de culpa que son
fácilmente aceptados y defendidos por quienes ya han sido víctimas de la
neolengua.
Todas las
piezas encajan dentro del marco de la revolución, cuyo único objetivo ha
sido siempre, es , y será, subvertir el orden lógico de las cosas,
desde promover que gobiernen los peores, pasando por hacer legales el
robo y el asesinato innoble y fútil, hasta que se legalicen aberraciones
como la pedofilia. En conclusión y bajo mi óptica, España debe dejar
de lado la dialéctica trosko estalinista de pp-soe y podemos, y tener
bien alejados a quienes se comportan como veletas políticas, caso C`s, y
buscar avanzar en pos de recuperar su identidad propia que está en
peligro gracias a la revolución.
¿Qué hacer?
En tiempos de crisis moral, de riesgo para la nación, lo que se impone
es sencillamente hacer lo necesario, lo cual es hacer lo correcto,
mantenerse fieles y firmes ante unos principios, una historia, unos
valores, y guiarse por el sentido común.
¿Qué hacer? Pues defender occidente pasa primero por defender las raíces.
¡Ser españoles!
Ex Prisionero Político de Hugo Chávez